RULFO NINGUNEADO (RELOADED)

Antes de leer este texto mío recomiendo este video: Sobre Rulfo

(Nótese cómo se contradicen, Chumacero, por ejemplo, haciendo afirmaciones contrarias entre un momento y otro de la videograbación; o entre el video y lo citado en el reportaje de Confabulario).




RULFO NINGUNEADO (RELOADED)

En Confabulario de El Universal apareció Pedro Páramo: voces del más allá” de Leopoldo Lezama con testimonios de Alí Chumacero, J. J. Arreola, Emmanuel Carballo, Antonio Alatorre  y cita estelar de Huberto Batis.

Coinciden en demeritar a Rulfo (actuando reconocimiento final) pero se contradicen a sí mismos y entre sí.

El chismógrafo ninguneador quiere sembrar la duda de que a quién-sabe-quién debemos Pedro Páramo.

Estos escritores alegan (mediante anecdotario y varia invención) que Rulfo era un pobre diablo al que estas eminencias ayudaron en la novela.

Pensar que autores de mucha menor maestría literaria pueden ser los responsables de la forma rulfeana se vuelve extremadamente ridículo si, además, recordamos que Rulfo también publicó un libro de cuentos (línea a línea) perfecto.

Uno pensaría: no hay modo de que se pueda rebajar la genialidad de Rulfo… hasta que uno mismo recuerda que hoy todo es posible. Incluso negar la genialidad de Rulfo.

Otro truco aprovecha el morbo de fantasear que Rulfo fue asesorado para darle orden a las partes, y asumir que la novela debe su excelencia al remix. 

Pedro Páramo es magistral por tres elementos: la bella oralitura de sus enunciados; sus memorables personajes y su diégesis fantasmagórica. La parataxis de las episodios y la propia trama son virtudes de segundo orden.

Decir que Pedro Páramo se debe a un ¡fantaseado! ayudante-DJ de una tarde no sólo muestra vileza sino ignorancia del arte narrativo.

Las frases de Rulfo son los adobes de su mundo; no un supuesto sorteo de escenas. La oración rulfeana es lo principal.

Y el juego con las partes, cesuras y tiempos Rulfo lo hizo también en El Llano en llamas. Rulfo no necesitaba a nadie. Era un maestro callado.

Compre el lector dos ejemplares de Pedro Páramo. Recorte cada una de las partes. Reordénelas tres o cuatro veces. Pronto comprobará que las subhistorias no pueden alterarse demasiado. La historia que Rulfo trazó lo impide.

Y decir que su magia consiste en lo removido es, de plano, patético.

Si Carballo fabricó chismes es porque Rulfo era un escritor diez veces superior. Comparar La feria de Arreola y Rulfo da ternura.

En cuanto Alatorre: fuera de México no es autoridad. Cruel decirlo y necesario recordarlo.

La reseña que Chumacero hizo sobre Pedro Páramo documenta que no supo reconocer su magnitud. Desatinado, lo que Chumacero dijo sobre Rulfo vino de un poeta doméstico. 

Pedro Páramo no es Rayuela (adelgazada). Ni remake Arreola-Pound revisando Tierra baldía.

Cuentos y novela comprueban que frase a frase Rulfo era un poeta admirable. 

La acumulación de teclazos construye lo rulfeano; no que primero ocurra esto o aquello, como quieren sugerir los fantasías de que otro (¿Arreola? ¿¿Chumacero?? ¿¿¿Alatorre???) rayuelizó una hoja con otra o corrigió alguna palabrita. Qué risa.

¿Cuántos años más para que otros escritores mexicanos puedan aceptar lo que ya aceptó el planeta lector entero? Rulfo era un genio.


Lunes 10 de agosto del 2015

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